Marina Abramović y Ulay tuvieron una apasionada relación amorosa en la década de los 70's. Cuando sintieron que se extinguía, hicieron un pacto: recorrerían la Muralla China, cada quién desde un extremo para encontrarse en el centro, darse un fuerte abrazo y no volver a verse.
Muchos años después ella expuso en el MoMa y presentó 'el artista está presente'.
Como parte de la exposición, ella se sentaría un minuto en silencio mirando a los ojos de quien quisiera sentarse frente a ella.